5 de septiembre de 2008

Pastel

Se sorprendió bastante al ver que permanecía igual. La verdad, esto es lo que ocurre normalmente cuando uno se come un pastel, pero Alicia estaba ya tan acostumbrada a que sólo le ocurriesen cosas extrañas, que le parecía demasiado estúpido y aburrido que la vida siguiese como siempre. Así que se puso manos a la obra y pronto se termino el pastel.

Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas (1865)

1 comentario:

Unknown dijo...

No lo he leído, pero me quedé alucinado cuando descubrí que Lewis Caroll era un pedofilo.