Se sorprendió bastante al ver que permanecía igual. La verdad, esto es lo que ocurre normalmente cuando uno se come un pastel, pero Alicia estaba ya tan acostumbrada a que sólo le ocurriesen cosas extrañas, que le parecía demasiado estúpido y aburrido que la vida siguiese como siempre. Así que se puso manos a la obra y pronto se termino el pastel.
Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas (1865)
1 comentario:
No lo he leído, pero me quedé alucinado cuando descubrí que Lewis Caroll era un pedofilo.
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