23 de julio de 2008

En Blanco

Salieron dos huéspedes, un matrimonio de edad avanzada, ella entró y apretó el botón del tercero, trescientos doce era el número que la esperaba, es aquí, llamó discretamente a la puerta, diez minutos después estaba ya desnuda, a los quince gemía, a los dieciocho susurraba palabras de amor que ya no tenía necesidad de fingir, a los veinte empezaba a perder la cabeza, a los veintiuno sintió que su cuerpo se desquiciaba de placer, a los veintidós gritó, Ahora, ahora, y cuando recuperó la consciencia, dijo, agotada y feliz, Aún lo veo todo blanco.

José Saramago, Ensayo sobre la ceguera (1995)

1 comentario:

Unknown dijo...

Ese libro es buenisismo........describe tan perfectamente la realidad que vivimos.